Complicado tema este de la energía nuclear. Personalmente no puedo pronunciarme a favor ni en contra, pues me falta la necesaria información al respecto, fuera de lo que se puede leer o escuchar en los diferentes medios de comunicación. Supongo que riesgo hay, pero ¿dónde no hay riesgo? A fin de cuentas, el hecho mismo de nacer ya implica un riesgo. Imagino que los controles que hay en este tipo de centrales serán muy férreos, de tal manera que, estadísticamente hablando, la probabilidad de error fatal resulte prácticamente inexistente. Ahora bien, este convencimiento lo tengo respecto a los países del área occidental, no tanto, en cambio, respecto al resto de países, y teniendo en cuenta que los fallos en este tema pueden, más allá del ámbito local, llegar a universalizarse, algo de canguis sí que da. Por otro lado, está el tema de los residuos, para el que no parece haber de momento muchas soluciones a largo plazo, lo cual también resulta preocupante.
En fin, que considero que es una alternativa que no se puede desechar de momento, pero ojalá que a largo plazo se consiguiera aprovechar debidamente otro tipo de energías que fuesen totalmente seguras, como la eólica o la solar. Hoy por hoy es casi de ciencia ficción, lo sé, pero el futuro siempre ha sido un viajero enigmático cuyas alforjas se prestan a contener todo tipo de sorpresas.
Por cierto, Hommer Simpson está a cargo de la seguridad de una central nuclear en Springifield y todo marcha sobre ruedas. Así que ¿por qué preocuparse?
